La interpretación hermenéutica crítica como fuente de conocimiento y reflexión artística/cultural/histórica.
Análisis de
fragmentos de la obra Vida de Galileo Galilei de Bertol Brecht.
¿Qué
es la Epistemología? ¿Cómo se llega a conocer?
¿Podemos conocer a través del Arte?
Su fin (de la Epistemología), es
estudiar la génesis y la estructura de las ciencias, desde un punto de vista
lógico y también histórico y sociológico (Thuillier, 1975: 62)
Principalmente se ocupa del origen, trascendencia y finalidad del conocimiento
científico. Reflexiona sobre la ciencia.
Jean
Piaget hace grandes aportes sobre cómo se adquiere conocimiento; el pensar se
despliega desde una base genética sólo mediante estímulos socioculturales; así
como también el pensar se configura por la información que el sujeto va
recibiendo, información que el sujeto aprende siempre de un modo activo por más
inconsciente y pasivo que parezca el procesamiento de la información, dicha constitución de los conocimientos válidos no
está jamás acabada (Piaget, 1979:16).
El
presente escrito pretende generar conocimientos desde una interpretación crítica[1] de
fragmentos de la obra teatral Galileo escrita por Bertol Brecht, se enmarca
dentro del paradigma de la complejidad permitiendo múltiples análisis. El epistemólogo debe tomar los hechos como
ideas, insertándolas en un sistema de pensamientos (Bachelard, 2000: 20).
La ciencia
es la introducción de un nuevo paradigma (Rorty, 1983: 291).
Saldrá
a la luz el enfrentamiento de paradigmas científicos del medioevo, propios del
tiempo del matemático; vislumbrando al hombre y su lucha de clase y de poder, y
porque no, los del propio autor de la
obra al momento de escribirla. Galilei
dirigiéndose al “Pequeño Monje”: “Veo la Divina paciencia de su gente, pero
¿dónde está su Divina ira? (Brecht, 1981: 77)
Imagen capturada de la web.
En
el presente de la obra se aplica la ciencia denominada ptolomeica, que tiene
cómo postura el geocentrismo, donde el hombre así como la tierra, son la
creación divina, en torno a lo cual gira el universo (Hauser, 2009). Puede observarse este
pensamiento, reflejado en la obra de Brecht, en reiteradas ocasiones (Jameson,
2013). A continuación se cita una de ellas:
Sagredo:
Galilei, siempre te conocí como un hombre listo. Durante diecisiete años en
Padua y tres en Pisa, les enseñaste pacientemente a cientos de alumnos el
sistema Ptolomeo, que la Iglesia predica y confirman las escrituras, en las
cuales la Iglesia se basa. Lo considerabas erróneo, al igual que Copérnico,
pero lo enseñaste (Brecht:
31).
Galileo
sabía según Brecht, el choque de creencias que provocaría, la argumentación de
un nuevo sistema planetario. Hoy se sostiene que: puede entenderse que dos paradigmas[2]
son inconmensurables en tanto involucran creencias, valoraciones o cánones
diferentes, acerca de los cuales no es posible establecer el acuerdo o desacuerdo
(Lores Arnaiz, 1986: 207)
Imagen capturada de la web. http://www.alternativateatral.com/obra9297-galileo-galilei
El
peligro que las nuevas teorías
científicas[3]
pueden ocasionarle a Galilei es advertido por el fiel amigo Sagredo: ¡es decir que sólo hay astros!… ¿Y dónde está
Dios?... en primer lugar, eres un ser humano. Y yo te pregunto, ¿dónde está
Dios en tu sistema universal? (Brecht: 31).
Se
puede enunciar, en consonancia con aquello que sostiene Kuhn y desde una interpretación hermenéutica de la obra, que se trata
de momentos históricos donde hubo pugnas paradigmáticas:
entre
el paradigma que descubre una anomalía y el que, más tarde, hace que la
anomalía resulte normal (…) las anomalías reconocidas cuyo rasgo característico
es su negativa tenaz a ser asimiladas por paradigmas existentes… produce nuevas
teorías (…) Es difícil ver cómo pueden surgir nuevas teorías sin esos cambios
destructores en las creencias sobre la naturaleza (Kuhn, 1971: 156-157-158).
Así parece entenderlo también Brecht,
que pone en boca de Sagredo las siguientes palabras:
No
crees en Aristóteles, pero sí en el Gran Duque de Florencia. Antes, cuando te
vi junto al telescopio, y observabas esas nuevas estrellas, me pareció verte
parado sobre una hoguera ardiente, y cuando dijiste que creías en las pruebas,
olí carne quemada (Brecht:
37)
Es
necesario recordar que la obra Brechtiana se sitúa en el siglo XVII, en el
territorio que en la actualidad se denomina como Italia, donde se sentía la amplia
influencia de la Iglesia Católica Romana.
En
tanto en la vecina Francia, o los países bajos, o bien Inglaterra: Los científicos, de Descartes a Newton,
tratan de concebir un universo que sea una máquina determinista perfecta
(Morin, 2005: 88).
El
mundo occidental se encuentra frente al dilema de, por un lado, sostener los valores dados al
grueso de la población, compuesto por campesinos en un noventa por ciento, y por otro, aceptar la
necesidad de los nuevos ricos (clase burguesa oligárquica), de contar con los
nuevos descubrimientos –catalejos, mapas basados en posicionamiento astral,
máquinas, etc.- para la explotación de los recursos del mundo. Así parece
expresarlo Galileo:
no
vaya tan a prisa, Priuli. Las rutas marítimas siguen siendo largas, inseguras y
caras. Nos falta una especie de reloj exacto en el cielo. Una señal para la
navegación. Pues ahora tengo motivos para suponer que con el telescopio se
pueden seguir claramente ciertos astros, que realizan movimientos muy
regulares. Los nuevos mapas celestes le podrían ahorrar millones de escudos a
la marina, Priuli. (Brecht:
28).
En la visión clásica, cuando una
contradicción aparecía en un razonamiento, era una señal de error. Significaba
dar marcha atrás y emprender otro razonamiento (Morin:
100).
Obra de teatro basada en Vida de Galileo Galilei de Bertol Brecht.
Brecht,
influenciado por ideas socialistas y marxistas[4],
introduce en su teatro la idea de distanciamiento, del espectador, respecto a
la obra. Rompiendo con la estructura del teatro clásico, crea obras que suelen
ser cuadros, donde perfectamente podemos alterar el orden de los mismos, pues
son un todo, por la parte y por el conjunto (Brecht, 1963; Jameson, 2013).
El
autor de Galileo, permite entre líneas, dilucidar su condena a la clase
“burguesa” o nueva aristocracia del dinero, que domina el occidente, y que es
funcional a sus intereses clasistas, al decir de Hauser; más conservadores de las costumbres, que los propios aristócratas. El afán de posesión corroe al ser humano, es así como, el científico en su afán por conseguir dinero urde una estafa, la del monóculo,
para obtener dinero:
Galilei: Construí uno mucho mejor
para esos tacaños de la Señoría (…) Y Virginia va a necesitar pronto un ajuar (…)
Y además, me gustaría comprar libros, no sólo de física, y me gusta comer como
es debido. Las buenas ideas casi siempre me surgen cuando como bien (Brecht: 28).
Brecht
desnuda que el auge cientificista funda sus motivos en la avidez de dinero que
poseen los “nuevos ricos”, hecho que avasalla a la Iglesia Católica Romana
respecto del sostenimiento de sus creencias, y que la hace enfrentarse con los cambios culturales que provocan los inventos[5];
pero la Iglesia también apoya los sucesos científicos que produce el nuevo
orden, embarcándose en las nuevas empresas, movida por el interés de Ganancia que le prometen (Hauser, 2009).
Vanni,
de oficio fundidor, está de visita en la Santa Sede cuando se encuentra con Galilei, al que le dice:
nosotros… los de la manufactura, estamos de su
parte… no soy un hombre que sabe mucho de estrellas, pero para mí usted es el
hombre que lucha por la libertad de poder enseñar cosas nuevas... ¿Sabe que en
Amsterdam y en Londres tienen mercados de dinero?... Aquí ni siquiera tenemos
libertad para hacer dinero. ¡Se está contra la fundición de hierro, porque se opina
que tener demasiados obreros en un lugar fomenta la inmoralidad! (Brecht:
98- 99).
Desde
una interpretación hermenéutica[6] de la obra Vida de Galileo Galilei, se
puede situar el posicionamiento de Brecht contra la clase burguesa, pues, el autor denuncia el hecho de la supuesta lucha “libertaria” de Vanni e incluso la del propio Galileo; quienes por sostener sus propios intereses, dejan fuera de los nuevos conocimientos al pueblo/comunidad, que continúa viviendo según el
viejo paradigma ptolomeico, y bajo las directrices eclesiásticas.
Durante
una conversación[7]
de Galilei con el pequeño monje, éste
último sienta las bases argumentales, de por qué, se debe sostener la ciencia de Ptolomeo:
Permítame
que le hable de mí. Crecí en la Campania, como hijo de campesino. Son gente
sencilla… ¡Que diría mi gente, si se
enterara por usted que se encuentran sobre una pequeña piedrecita!... ¿Para qué
sirve o es necesaria entonces toda esa paciencia, esa conformidad con su
miseria? ¿Para qué sirven aún las sagradas escrituras, que lo explican todo y
que fundamentan todo como necesario: el sudor, la paciencia, el hambre, el
sometimiento? (Brecht:
73- 74).
La interpretación hermenéutica crítica se trata de un acto dirigido a comprender/reflexionar sobre un hecho artístico/cultural/histórico, suele suceder a posteriori del mismo, y se da a través
de la praxis humana. Los sujetos y los objetos son contenidos de modo dialéctico
dentro de dicha praxis, sujeto y objeto están siempre conectados, lo que genera
el conocimiento, en el que ambos son transformados. En palabras de Habermas:
La
Comprensión surge primeramente dentro del círculo de intereses de la vida
práctica…” (Habermas, p 181). “La comprensión hermenéutica se dirige por su
estructura misma a garantizar, dentro de las tradiciones culturales, una
posible autocomprensión orientada de la acción de los individuos y grupos, y
una comprensión recíproca entre individuos y grupos, con tradiciones culturales
distintas. Hace posible la forma de un consenso sin coerciones y el tipo de
intersubjetividad discontinua, de los que depende la acción comunicativa. De
este modo se elimina el peligro de una ruptura de la comunicación en ambas
direcciones…Si estas corrientes de comunicación se interrumpen y la
intersubjetividad de la comprensión se hace rígida o se derrumba, queda
destruida una posibilidad de supervivencia… es decir la posibilidad de acuerdo
sin coerción y de reconocimiento sin violencia. Dado que esta condición es el
presupuesto de la llamada praxis, llamamos práctico al interés rector del
conocimiento de las ciencias del espíritu. Se distingue del interés
cognoscitivo técnico porque no está dirigido a aprehender una realidad
objetivada, sino a salvaguardar la intersubjetividad de una comprensión, sólo
en cuyo horizonte puede la realidad aparecer como algo (Habermas: 182-183).
Bibliografía
Bachelard
Gastón, La filosofía del no. Ensayo de
una filosofía del nuevo espíritu científico, Buenos Aires, Amorrortu, 1970.
Bachelard
Gastón, La formación del espíritu
científico, Ciudad de México, Siglo veintiuno editores, 2000.
Brecht
Bertol, Vida de Galileo Galilei,
La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1981.
Brech
Bertol, Breviario de estética Teatral,
Buenos Aires, La Rosa Blindada, 1963.
Chalmers
Alan, Esa cosa llamada ciencia, Ciudad de México, Siglo
Veintiuno Editores, 1990.
Espasa
Calpe, Gran Enciclopedia Universal,
Buenos Aires, Grupo Editorial Planeta, 2005.
Habermas
Jürgen, Conocimiento e interés,
Buenos Aires, Taurus, 1990.
Hauser
Arnold, Historia de la Literatura y el
Arte, Tomo I, Madrid, Guadarrama, 2009.
Jameson
Fredric, Brecht y el método,
Buenos Aires, Ediciones Manantial S.R.L., 2013.
Kuhn
Thomas, La estructura de las revoluciones
científicas, Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica, 1981.
Lores
Arnaiz María, Hacia una epistemología de
las ciencias humanas, Buenos Aires, De Belgrano, 1986.
Morin
Edgar, Introducción al pensamiento
complejo, Barcelona, Gedisa, 2005.
Piaget
Jean, Tratado de lógica y conocimiento
científico, Buenos Aires, Paidós, 1979.
Rorty
Richard, La filosofía y el espejo de la
naturaleza, Madrid, Cátedra, 1983.
Samaja
Juan, Epistemología y Metodología,
Buenos Aires, Eudeba, 2003.
Schnitman
Dora, Nuevos paradigmas, Cultura y
Subjetividad, Buenos Aires, Paidos, 1998.
Thuillier
Pierre, La manipulación de la ciencia,
Madrid, Fundamentos, 1975.
Willett
John, El teatro de Bertol Brecht, Buenos Aires,
Montone S. A., 1963.
Véase
también:
Película basada en la obra Galileo de Brecht:
https://www.youtube.com/watch?v=_w1I_2RsH-c
Documental basado en la vida de Galileo Galilei:
https://www.youtube.com/watch?v=i75YgxHhJ3E
Sinopsis de la puesta teatral Galileo en Argentina: http://www.alternativateatral.com/obra9297-galileo-galilei
Análisis crítico de la obra Galileo: http://www.opuslibros.org/Index_libros/Recensiones_1/brecht_leb.htm
Análisis crítico de la obra Galileo: https://retratoliterario.wordpress.com/2009/05/16/galileo-de-bertolt-brecht/
[1] Se
le ha denominado círculo hermenéutico… el aparente círculo surge solo porque
los objetos de las ciencias del espíritu gozan de un peculiar status doble: los
contenidos de significado objetivados, transmitidos en palabras y acciones, a
los que se dirige la comprensión hermenéutica son a la vez símbolos y hechos…
la comprensión debe unir el análisis lingüístico con la experiencia (Habermas, 1990: 178).
[2] Entendemos
por paradigma, una sistematización que permita poner de relieve ciertos núcleos
de una determinada concepción del hombre, de la estructura social, de la
naturaleza y sus interacciones; ciertas actitudes que acompañan a esas
concepciones; ciertas formas de conceptualizar y ciertos métodos y criterios
considerados como o ; ciertos estilos de
relación interpersonal dentro y por medio de los cuales se asumirían tales
actitudes y se ejemplificarían esas concepciones; ciertos estilos
institucionales de ponerlas en práctica y ciertas ideas acerca de la formación
correspondiente a las personas que pueden sustentar tales concepciones (Lores Arnaiz: 200).
[3] En
esta historia humana, abierta a las contingencias y la creatividad de los
pueblos, se van construyendo sistemas normativos (…) se estabilizan como
Ideales que dirigen las acciones y las conciencias (…) se establecen como el
Derecho natural de cada pueblo
(Samaja: 63 y 64).
[4] Para Karl Marx (1818-1883) “…la naturaleza no puede ser concebida como
lo otro del espíritu (…) cuando habla de hombre como ente objetivo no lo hace
en sentido antropológico, sino gnoseológico: la parte activa que el idealismo
había desarrollado, en oposición al materialismo, debe ser comprendida
materialistamente (…) el objeto, la realidad, la sensorialidad, se han entendido
sólo bajo la forma de un objeto o una intuición; pero no cómo una actividad
humana sensible, no como una praxis (…) Marx entiende la realidad objetiva, por
una parte, como realización trascendental (…) por otra parte, se ve esta
realización trascendental como enraizada en los procesos reales de trabajo (…)
El trabajo es, en primer lugar, un proceso entre el hombre y la naturaleza, un
proceso en el que el hombre media, regula y controla su metabolismo con la
naturaleza (…) precisamente, porque la naturaleza se constituye naturaleza
objetiva para nosotros (Habermas: 33-35).
No
existe verdad absoluta e inmutable, siguiendo de este modo en él, el
pensamiento de Heráclito (535-484 a.C.). La dialéctica que aplica en la
historia humana, es la de la lucha de clases, introduciendo el concepto de
transformación. Para Marx la ciencia avanza por rupturas o discontinuidades.
[5] Se
puede emplear el término
paradigma en dos sentidos: por una parte,
significa toda la constelación de creencias, valores, técnicas, etc., que
comparten los miembros de una comunidad dada. Por otra parte, denota una
especie de elemento de tal constelación, las concretas soluciones de problemas
que, empleadas como modelos o ejemplos, pueden reemplazar reglas explícitas
como base de la solución de los problemas restantes de las ciencias (Kuhn:
269).
[6] Hans Gadamer (1900-2002) fundador
de la Escuela Hermenéutica coloca la
interpretación, como un proceso que puede prolongarse al infinito. Sostiene que
la conciencia es un efecto de la historia, estamos insertos plenamente en la
cultura e historia de nuestro tiempo y lugar y, por ello, plenamente formados
por ellas. La hermenéutica es, al mismo
tiempo, una forma de experiencia y análisis gramatical (Habermas: 169).
El
sujeto conoce los objetos de conocimiento, los modifica y se modifica a sí
mismo. Lo que busca estudiar la hermenéutica es la producción de sentidos, que
es dada por los sujetos, oponiéndose a la naturalización (justificación) de los
hechos sociales.
[7] La
idea de la cultura como una conversación, más que como una estructura levantada
sobre unos fundamentos encaja bien con este idea hermenéutica del conocimiento,
pues entrar en conversación con desconocidos es, igual que la adquisición de
una nueva virtud o destreza (…) La
hermenéutica ve las relaciones entre varios discursos como los cabos dentro de
una posible conversación, conversación que no presupone ninguna matriz
disciplinaria de uno de los hablantes, pero donde nunca se pierde la esperanza
de llegar a un acuerdo mientras dure la conversación (Rorty: 289-291).